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Preguntas sin respuestas

Por PUBLIO RICARDO CORTÉS C.*

29 de abril 2022

Cuando tenía 12 ó 13 años leí un libro de esos que llegaron a mis manos porque mi padre, el Dr. Publio Darío Cortés Moreno de Chitré, los leía primero y quedaban por allí en la casa.  Era un autor que en aquel entonces estaba “de moda”, se llamaba ALVIN TOFFLER y el libro era LA TERCERA OLA, en su versión en castellano de Plaza & Janés de Barcelona.  Si les soy sincero, no recuerdo mucho de lo que allí se analizaba.  Lo que sí se me quedó para siempre, fue un pensamiento que creo que estaba en el prólogo y que de memoria recuerdo más o menos así:

“Cuando yo era marxista –escribió TOFFLER— pensaba que tenía respuestas para todas las preguntas.  Después con el tiempo me fui dando cuenta, que era mejor tener buenas preguntas, que la respuesta correcta a la pregunta equivocada.”

Por un tiempo ese libro se fue conmigo.  Creo que llegó hasta la Facultad de Derecho donde lo perdí y ya pude leer otras cosas.  Lo cierto es que, mientras lo tuve, de vez en cuando abría el libro y repasaba la frase subrayada y se me quedó la idea que copié arriba.  Sería bueno contrastar lo citado con el libro original, para validar.  

En todo caso, la versión de la frase que cité, me parece que sigue siendo válida.  La uso hoy como referente de estos comentarios mensuales que hago.  En esta ocasión he mirado el panorama sociopolítico de Panamá y me pareció interesante tratar de promover el debate y la reflexión, sobre algunos temas que me inquietan y que siento deben ponerse sobre la mesa, pero que nadie o muy pocas personas los contemplan. 

Así que hoy, inspirado en el pensamiento de TOFFLER, les comparto algunas buenas preguntas sobre temas nacionales.  No les tengo respuesta.  Espero que cada cual le dé la suya.  Lo importante es que se piense sobre los asuntos sometidos:

  1. ¿Los periodistas de Panamá leen libros? Digo, me refiero a libros de divulgación general de orden constitucional, sociológica, histórica, económica y similares, para mejorar sus perspectivas de los problemas nacionales, sobre los cuales nos ilustran en los medios de comunicación. ¿Leerán libros? ¿Leerán periodismo internacional de alto nivel? ¿Cuántos periodistas lo hacen?  Por otra parte: ¿Nos sentimos realmente informados los panameños, si todos los periódicos y las televisoras responden a mandamases de todos conocidos con agendas no conocidas? ¿Pueden de verdad los periodistas salirse de la línea de las agendas de los mandamases de cada medio? ¿De quién es la Libertad de Expresión: del ciudadano o de los medios de comunicación? ¿Y si los medios usan su poder contra el ciudadano? ¿Cómo se expresa el ciudadano? ¿Funcionan el derecho de réplica y las cartas al director en Panamá?

    2. ¿Cuántos de los nuevos analistas que han descubierto la rueda con la nueva versión edulcolorada del ya fracasado extremismo de la “mano invisible” y del laissez faire, saben que, en base a estudios científicos, Panamá es uno de los países más desiguales de América Latina, tanto por estratos sociales, como por regiones, con un desempleo galopante que la pandemia incrementó en 200 mil personas, con exportaciones y agroexportaciones limitadísimas y sin perspectivas claras de crecer? ¿Dónde está la novedad de esa nueva-vieja religión que han adoptado, que pretende resolver ese desequilibrio, desmontando de forma dramática nuestro imperfecto welfare state? ¿En la cuneta de qué camino dejaron tirado su sentido común y –por autocomplacencia de clase, por sumarse a la moda ye-yé y ser admitidos en ese club o por pura ignorancia– han dejado de ver que los datos de Panamá nos ponen como candidatos número uno para un desastre económico, que puede ocurrir si la masa mayoritaria de los excluidos del sistema, abraza causas populistas igualmente inviables y absurdas, como las que ejemplifican el Castro-Chavismo, Bolsonaro, Correa, Trump, Evo Morales, los Ortega y la Kirchner? ¿Acaso no están viendo cómo las pocas encuestas políticas que empiezan a salir, revelan esa tendencia desesperada a favor del populismo? ¿Tiene sentido echarle más leña al fuego, prometiendo un futuro maravilloso si Panamá adopta un sistema que aumenta la cantidad de excluidos? Después de todo: ¿Cuántos empleos va a crear la nueva Ley Crypto y cómo se hicieron las estimaciones?

    3.  ¿Por qué los gremios del sector privado y del sector agropecuario al referirse a sí mismos se denominan “el sector productivo”? ¿Y qué pasa con las demás personas que no somos parte de esos gremios y que salimos todos los días a buscar el sustento para nuestras familias? ¿Acaso nosotros no somos productivos? ¿Qué es lo que hace nuestra productividad diferente a la de ellos? ¿Hay alguna productividad que es superior a la otra? Y ya que andamos por estos lares ¿Cuál es la propuesta del sector privado para eliminar los oligopolios vergonzosos que son uno de los factores que tienen a los panameños pagando altos precios por tantas cosas, entre ellas las medicinas, desde mucho antes de la pandemia y de la guerra en Europa? ¿Cómo piensa el sector privado que se puede conseguir que la oficina pública de defensa de la competencia deje de ser inoperante?

    4. ¿Quiénes son “los políticos”? ¿Quién decide o escoge la lista de “los políticos”? ¿Es suficiente estar inscrito en un partido político? Dicho sea de paso: ¿Por qué ser político es malo? ¿Pedir votos para promover cambios al funcionamiento del Estado no es hacer política? ¿Se puede hacer política sin estar en partidos políticos? ¿Por qué la política que se hace fuera de los partidos políticos se presume superior y honesta?

    5. A propósito ¿Cuándo ocurrió el GRAN SECUESTRO? Me refiero obviamente al día en que se hizo efectivo el GRAN CATACLISMO donde un puñado de políticos corruptos, a la fuerza, en la noche, con antorchas y en cuadrilla, privaron de la libertad a más de 3 millones de panameños 100% honestos y santos. ¿Cómo fue posible que una masa de millones de personas, se dejó privar de la libertad por un grupo de enmascarados? ¿Por qué los secuestrados no pudieron oponer resistencia? ¿No será que, como en la película de Almodóvar, a muchos secuestrados les quedó gustando el secuestro? ¿Cuántos de los secuestrados colaboraron con los malhechores y ahora se quejan? ¿Cuántos de los secuestrados se beneficiaron de los secuestros… pero no dejaron rastros?

6. ¿Se resuelve el grave problema de la corrupción en Panamá, señalando a medio mundo como corrupto por consenso de redes sociales, sin respeto a la presunción de inocencia? ¿Se resuelve el problema de la corrupción en el gobierno, sin entender las instituciones para encontrar sus debilidades y oportunidades de mejora? ¿Para qué sirve el control previo de la Contraloría, si muchas veces se convierte en una etapa más donde hay que “agilizar” el trámite? ¿Son suficientes la cantidad de auditores de la Contraloría y tendrán la formación técnica para auditar todos los temas que se les ponen al frente? ¿No sería mejor que todos los procesos fueran de libre acceso público a través de Internet como ya existe la tecnología para hacerlo? ¿Por qué la Dirección General de Contrataciones Públicas no hace público los Beneficiarios Finales de las personas jurídicas que contratan con el Estado? ¿Por qué los promotores del discurso genérico “anti-corrupción”, no han presentado un plan bien detallado para implementar una Carrera Administrativa o Servicio Civil de verdad en Panamá, que permita que en los cargos estén los mejores funcionarios, actualizados, aplicando la mejor tecnología y con estabilidad en el cargo? ¿Será que como todo el mundo al final del camino quieren llegar para nombrar gente?

7. ¿Por qué el “supremacista ético” estima que cualquier cosa que a él se le ocurra se debe hacer, porque lo escribe en letra impresa y porque lo dice él, que es “la reserva moral de la patria”? ¿Quién lo escogió para ese papel? ¿Él mismo se seleccionó? Porque, que yo sepa, jamás se ha sometido a unas elecciones, pero –eso sí– siempre anda por allí merodeando detrás del poder, con todos los partidos, por derecho propio, por el derecho que le da ser “la reserva moral de la patria”, “el gurú de lo correcto”, que ha venido a esta tierra istmeña a pontificar. ¿Por qué los satélites que giran en torno a ese “sol”, estiman que todo lo que ellos promueven es lo que el país necesita? ¿Acaso piensan que no los tenemos claramente identificados? ¿Por qué ese pequeño sistema solar piensa, que tienen el derecho de escoger a los ángeles y a los dominios y de mirar para otro lado cuando les da la gana?  ¿Por qué el “supremacista ético” se cree infalible? Dicho sea de paso: ¿Por qué le fascina tanto que lo adulen? 

8. ¿Sabían Uds. que el artículo 308 del Código Penal de Panamá dispone lo siguiente:

”Quien… infrinja las medidas sanitarias adoptadas por las autoridades competentes para impedir la… propagación de una enfermedad será sancionado con prisión de cuatro a seis años.  Si se trata de una enfermedad contagiosa, la pena será de diez a quince años de prisión”

¿Se habrá planteado la sociedad panameña que las personas que indujeron a los ciudadanos en los medios de comunicación, mediante informaciones falsas, a que no acataran la orden de las autoridades de salud en materia de vacunación contra COVID-19, estaban probablemente infringiendo una medida sanitaria (la vacunación) que buscaba impedir la propagación de una enfermedad contagiosa? ¿Hubo realmente entendimiento de la ciudadanía que ese tipo de conducta era potencialmente un DELITO, que exponía a un riesgo de pena de entre 10 a 15 años de prisión? ¿Cuántos casos inició el Procurador General de la Nación para investigar a estos ciudadanos que pusieron en riesgo la vida de tantas personas? ¿Se habrán dado situaciones donde alguien decidió no vacunarse, haciendo caso de estas informaciones falsas y luego falleció? ¿Acaso este delito no es lo suficientemente grave como para que el país lo tomara en serio? ¿Tenemos claro como sociedad que la libertad de opinión, jamás puede ser excusa para cometer conductas tipificadas como delito en el Código Penal?

9. ¿Estaba o no metido el Opus Dei en el Gobierno del Presidente Varela? En caso de estarlo ¿Es eso bueno para nuestra democracia liberal LAICA? ¿Ya se auditaron las ayudas que recibió la Iglesia Católica en ese gobierno? Dicho sea de paso ¿Por qué nadie ha promovido quitar de la Constitución Política, la norma que dice que la religión católica es la de la mayoría de los panameños, cuando eso es una realidad estadística cambiante, que la Ley no puede paralizar en el tiempo? ¿No será que se quiere usar esa norma para justificar un predominio de la Iglesia Católica por sobre todas las religiones?

10. ¿Por qué algunos siguen mirando los sistemas políticos anteriores al golpe militar de 1968, como modelos de virtud? ¿No es acaso cierto que el tormentoso sistema político existente en Panamá desde 1904 a 1968, con variantes y altibajos, no siempre todo a la vez, fue un periodo donde hubo demasiada inestabilidad, corrupción, nepotismo, fraude electoral, peticiones de los panameños de intervenciones de Estados Unidos, varilleros, algo de racismo, dominio oligárquico y de la clase media conectada, Estado seudo confesional y con los mismos vicios que todos lamentamos en el sistema político de hoy en día? ¿Por qué ser tan ingenuos a estas alturas del campeonato, para querer seguir vendiendo ese mundo de antes de 1968 como una Arcadia democrática, cuando, con las lógicas excepciones individuales, los sistemas eran democracias semi feudales muy típicas del tercer mundo?  ¿Quién ha dicho que cuando uno tuvo ancestros encumbrados en aquellos regímenes, eso hace que tales gobiernos se transformen en la Historia, convirtiéndose en referentes de pulcritud? ¿Acaso hay un “destino manifiesto” que justifique que los herederos de los actores políticos de antes de 1968, tengan, por ADN, una vocación especial y necesaria para el ejercicio del poder y que los descendientes de los “congos” de antes de 1968, tengamos, también en el ADN, la vocación de ser vasallos y congos “forever and ever”?  ¿Quién ha dicho que eso es así?

11. Y por último, pero no menos importante, me planteo la siguiente interrogante: ¿Por qué motivo el CLUB LOS ALACRANES DEL MAR de Chitré, famoso por su corvina frita, tamaños “small”, “medium”, “large” y “jumbo”, tiene un horario tan extraño, que solamente abre de 4 de la tarde a 11 de la noche, como si uno no pudiera pensar en comerse un pescado con cerveza fría a las 12, 1, 2 ó 3 de la tarde? ¿No se dan cuenta los dueños que pueden estar perdiendo clientela, porque también hay otros lugares para comprar un producto equivalente, que sí están abiertos, como el colombiano que está cerca del estadio, el Hotel Azuero o el Mirador, al que se sube por el Jardín El Corotú?

 

*El autor es Abogado en Panamá.

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